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LA VUELTA AL MUNDO

CONOCE LA OTRA CARA DE BRASIL CON 'TRASH, LADRONES DE ESPERANZA'

'TRASH, LADRONES DE ESPERANZA', UNA PELÍCULA DE AVENTURA, EMOCIÓN Y ENTRETENIMIENTO

 

La película 'Trash, ladrones de esperanza', del director Stephen Daldry, cuenta la historia de tres jóvenes sumidos en la más absoluta pobreza, que sin saberlo, pondrán en jaque al corrupto gobierno del país. Está ambientada en un suburbio brasileño, en el que los tres adolescentes: Raphael, Gordo y Rat, sobreviven gracias a que escarban cada día en un gran basurero, donde tienen la esperanza de encontrar algunos residuos que les sean útiles. Un día descubren una bolsa de cuero, donde hay dentro una billetera con dinero, una tarjeta de identificación, un mapa y un misterioso mensaje cifrado. Un policía ofrece a los chicos una recompensa por la bolsa, pero los tres niños deciden quedarse con ella, decisión que provocará la huida constante de Raphael, Gordo y Rat de la Ley, causando una trama en la que saldrá a relucir la corrupción del gobierno.

 

Clasificada como drama, la mejor palabra para definir la película es aventura y buenas intenciones. No deja fuera la dosis justa de acción, materializada en persecuciones y huidas de los pequeños que, en su afán de hacer lo correcto, deberán estar casi siempre corriendo ante la policía. Una imagen, la de la profunda corrupción institucional brasileña, que varias veces ha sido retratada en la pantalla con películas como 'Ciudad de Dios', pero que en cualquier país está más que presente.

 

La corrupción en Brasil es por todos conocida, y aunque en ocasiones nos intenten mostrar otra cara, existe un mundo más allá de los carnavales y los campos de fútbol, existen las favelas, pero peor aún es que existen los vertederos, dónde cientos de niños van cada día a ganarse la vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                             Canal de Trailers In Spanish

 

 

TURISMO EN LAS FAVELAS, UN VIAJE ALOTRO LADO DE RIO DE JANEIRO 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy en TravelCine viajamos hasta Brasil, en concreto nos queremos adentrar en Rio de Janeiro, pero de un modo diferente al habitual, ya que os vamos a descubrir algunas de las favelas más destacadas de esta ciudad conocida mundialmente por sus carnavales y por el fútbol. Y es que las favelas de Río de Janeiro brotan entre los barrios más ricos aprovechando los recovecos de la ciudad, y se han convertido en el tercer destino turístico del país, una atracción por la que se han dejado escandilar visitantes tan conoceidos como Hugh Jackman, Madonna o Lady Gaga.

 

  • Favela de Santa Marta

 

Si dejamos el barrio de Botafogo a un lado y el de Laranjeiras al otro, enmedio de esta distinguida zona del sur de Río de Janeiro, encontramos la favela de Santa Marta, una comunidad que como muchas otras de la ciudad, se abre a los turistas que quieren conocer la realidad carioca que está a espaldas de las playas.

 

Santa Marta se encuentra en la ladera por encima del barrio de Botafogo, en el sur de Río, justo debajo de la estatua del Cristo Redentor, y fue la primera favela donde se puso en marcha el programa de pacificar las favelas, alejandolas de los delincuentes y mostrando su verdadera belleza a los turistas. Eso fue hace tres años, tiempo en el que han visitado estas empinadas callejuelas unas 60.000 personas, más o menos 2.000 personas cada mes, que se interesan por ver cómo transcurre ahora la vida en lo que fue el centro del narcotráfico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El eslogan de Santa Marta es 'Río desde un nuevo punto de vista'. Y vaya si lo es. Pero lo importante aquí es que este programa ayuda a los habitantes de la favela a ver más allá. Los siete guías que forman parte del proyecto son vecinos de Santa Marta, jóvenes a los que el Gobierno financia cursos de idiomas y clases en la escuela de turismo; además, hay cinco comercios en la favela y otros tantos artesanos que se benefician de los turistas que deciden pasar unas horas aquí.

Tienen la competencia de las agencias de turismo, que desde hace unos años también incluyen a las favelas en su oferta como parte del paisaje de Río, que lo son, al igual que el Corcovado y el Pan de Azúcar, pero sin duda no es lo mismo recorrerlas con un guía que por sus propios vecinos

 

Esta favela es una de las pocas que cuenta con servicios de agua y luz legalizados, que tiene iniciativas de reciclaje de residuos, un funicular que conecta la parte baja y alta de la favela, evitando así los 788 escalones que tenemos que subir para llegar a ella, entre otras muchas iniciativas. Sin embargo, las amenazas también llaman a la puerta y este barrio colgado de los cerros con mejores vistas de la ciudad, son el nuevo objeto de deseo.

 

Santa Marta se dió a conocer cuando Michael Jackson aterrizó en helicóptero y grabó el videoclip de “They don't take care about us”. En esta favela no olvidan la visita del rey del pop, donde una curiosa estatua de bronce a escala casi real y un mosaico multicolor de su cara, que representan un sello de Neverland inmortalizando su visita en uno de los puntos desde donde se avista el Cristo Redentor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Favela Rocinha

 

Si viajamos hasta Rocinha, la vista desde el pie de la ladera es tan espectacular como atisbar la playa de Sao Conrado, la Piedra Bonita, la de Gávea y el morro de Dois Irmaos, cada cual con un pico más bonito. El impacto visual de viviendas self-made, con barrios multicolor y otros de naranja ladrillo a carne viva, para más de 120.000 habitantes en una sola ladera, es inolvidable.

 

Las calles de Rocinha están formadas por enormes laberintos donde perderse es muy fácil, ya que son muy estrechas y empinadas y la mejor forma de llegar a las partes altas, es en moto-taxi, que a diario lo utilizan cientos de personas.

 

Rocinha, la favela más grande de América Latina, tiene una variada oferta gastronómica, con tres restaurantes japoneses con cierto prestigio y con el Cantinho das Baianas, un restaurante take-away para comer en taburetes en medio de la calle por unos cuatro euros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Favela Vidigal

 

En la cara opuesta del cerro está la favela de Vidigal, la favela chic o el Leblon de las favelas, como se suele llamar, en referencia al colindante barrio de Leblon, el más rico de la ciudad. Destaca por tener un clima agradable a la hora de la convivencia, y por la cantidad de extranjeros y jóvenes de clase media instalados en ella.

 

Con el acogedor clima de un pequeño pueblo y un cierto toque bohemio llevado por artistas y músicos, Vidigal ofrece vistas increíbles a cada cuatro pasos. Consciente de eso, un austriaco montó, antes incluso de que la policía se instalase dentro de la comunidad, un hostal que hoy es una de las casas de fiestas más conocidas de la ciudad: el Alto Vidigal. El inolvidable amanecer en el horizonte de Ipanema, alumbrando la Lagoa, los cerros y la propia comunidad al ritmo de música electrónica, valen mucho más que entre los ocho y 15 euros que vale la entrada al local.

 

Vidigal es la favela de moda, tanto es así que hasta David Beckham, siempre a la última, adquirió el pasado año la casa más exclusiva de todo Vidigal por el módico precio de un millón de reales, algo más de 300.000 euros. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Favela Tavares-Bastos

 

Otra fiesta sensacional que se da en las favelas es el jazz de Maze, en este caso en la favela Tavares-Bastos, cercana al barrio de Laranjeiras. Allí, Bob, un inglés ex corresponsal de la BBC, montó un club de conciertos con una colección de arte que va cambiando temporalmente y varias terrazas enfocadas a la bahía de Botafogo. La gran casa, con estilo árabe y mediterráneo, se llena casi todos los viernes, por unos 15 euros la entrada, y cabe decir, que el público no es de la favela, sino gente 'guapa' de la ciudad y turistas. En este club también tienen lugar fiestas de rock. La vista, en este caso de la bahía de Botafogo y el Cristo, es impagable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La oferta gastronómica más prestigiosa de las favelas es el bar de David, en este barrio que colinda con Copacabana. Se trata del único boteco, bar tradicional de aperitivo y caña en Rio. La deliciosa feijoada de marisco es asequible, aunque ni mucho menos a precio de favela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Favela Providência

 

Aunque entre Ipanema y Botafogo, la zona sur de la ciudad, se encuentran la mayoría de atractivos dentro de la comunidad de favelas, cabe destacar también el patrimonio histórico de Providência, primera favela fruto de la espera de unos militares por recibir una tierra prometida del Gobierno. Al no ser alojados, ocuparon el cerro donde había una planta llamada favela que dio nombre a las comunidades. Las vistas de Maracaná y de la zona portuaria dan una perspectiva algo más gris pero igualmente impactante.

 

Desde mediados de 2008, en las fachadas y calles de Providência están expuestas pancartas gigantes con fotografías de ojos con las más variadas expresiones, por lo que fue una protesta artística creada por un joven artista brasileño.

 

A. ALEMAN

 

 

 

 

 

 

 

Favela Vidigal
Fiesta en Alto Vidigal
Entrada a Alto Vidigal
Alto Vidigal
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